martes, 7 de diciembre de 2010

Evaluacion

Pertinencia de los temas.  En esta cuestion, los topicos fueron dispersos, multiples y atinados; propiciaron una gran cantidad de preguntas y cuestionamientos (si bien no se expusieron todas en clase, si generó movimiento de parte de nosotros). Abordar a teoricos como Laclau y Buenfil Burgos (y no a los grandes hermeneutas/antropologos) fueron de los mas interesantes para mi, pues parte de la intencion de la unidad de conocimiento era promover y expandir los horizontes (y no precisamente de inteligibilidad) pedagogicos nuestros.


Manejo grupal y Coordinación por parte del profesor. EL grupo mantuvo el orden y la armonia necsaria para entablar condiciones para el dialogo y el aprendizaje. Es excelente que se dé cuenta y trabaje en alternativas concretas y coherentes para desarrollar una enseñanza basada en principios de critica y prudente atencion hacia nosotros. Basicamente todas las clases fueron guiadas por el grupo, es decir por usted y por los estudiantes... en la carrera y en la disciplina se habla muchisimo de esta cuestion (desde que es casi imposible llevarla a cabo hasta decir que es necesario implementarla a toda costa), y pocas veces somos testigos y sujetos activos de este suceso.

Autoevaluación. A pesar de que mi asistencia a la clase no fue muy regular que digamos, fue mas que suficiente para que se concentren en mi una gran cantidad de dudas y cuestiones que jamas me hubiera imaginado. Realmente me emocionó y me agradó muchisimo la amplia gama de caminos y angulos teoricos: definitivamente esta unidad de conocimiento es motivante y apasionante para mi. Me considero por lo tanto con calificacion de 10 (claro, faltará su juicio y su valoración, pero cualquier número no mide mi agradecimiento por trabajar con usted).

jueves, 2 de diciembre de 2010

Ensayo final (sale por que tu lo pediste)

SER (¿ALUMNO O ESTUDIANTE?) PRE-PEDAGOGO ARAGONÉS... ENTRE LA DRAMAGOGIA Y LA RE-CONSTRUCCIÓN DE UN PROYECTO PEDAGÓGICO

 “Decir que los hombres son personas,
y como personas son libres, y no hacer
nada para lograr concretamente que esta
afirmación sea objetiva, es una farsa”

Paulo Freire


"X" y "Y". Un día que parece mas normal que los demás días en los que te has bajado de la micro ruta 47 "ENEP ARAGÓN", caminas hacia la entrada de Avenida Rancho seco, atraviesas el estacionamiento donde los alumnos dejan su vehículo para asistir a clases, al pasar frente a la biblioteca notas que el recinto receptáculo de libros de consulta sigue ahí. Te diriges hacia el salón A-6**, revisas asombrado tu reloj: son las 7:29 a.m. -¡hijo de la chin"·$% se me hizo tardísimo! [Y pues como va a ser temprano si te levantaste a las 6 a.m. y ni siquiera desayunaste] Un docente de nombre "x" te deja pasar a tomar asiento, mientras tu asientas con la mirada agachada y te dispones a entender la clase. -No manches, docente "x" es bien pesado ¿no crees?, para el todo es "teoría", todo es "otredad", si no me pongo las pilas me voy a morir de hambre cuando salga allá afuera [valga solamente en esta ocasión la redundancia]- dices al compañero que tienes a tu lado, así pasa 1 hora y 25 minutos hasta que acaba la labor del docente por ese día. Y tú... con preguntas sin respuesta, y respuestas que jamás pudiste entender...

Abajo el telón, pues tras bambalinas se encuentran los actores antes de la obra...
La canción de un grupo de reggae argentino nos da la entrada para meternos de lleno en el tema: “En un mundo que se ha convertido en un gran juego de ajedrez, donde los reyes no hacen nada y los peones no dan un paso atrás. Me calmo y veo todo más claro, siento que me quieren anestesiar, ya han montado el escenario y se disponer a actuar” ("Espíritus chocarreros" interpretada por Rondamon no paga la renta, del disco homónimo. 2006)
El escenario: la FES Aragon. Los actores: los alumnos, por supuesto. Remitiéndonos al relato ya mencionado al principio de este ensayo, argumentamos que existe algo en común entre nosotros los alumnos: hay que ser sinceros, es un hecho, no cabe duda que nos dejamos llevar por este tipo de cuestiones, de embrollos, de oscilaciones (dijera Arditi)…
¿Pero de que nos dejamos llevar? ¿Hay algún responsable de semejante accionar, del cual todos somos parte activa?
Dramagogia se compone de dos vocablos Drama y Agogia. El primero se refiere desde luego al drama mismo, a la idea de espectáculo teatral, en la que los actores representan una pieza, a partir de la reproducción de discursos en un escenario.
La segunda se refiere a la acción de conducir (propia de la etimología, de la cual nuestra disciplina es participe), es dejarse llevar, por la corriente a través de estereotipos e ideas llevadas a la práctica por todo aquel que tiene contacto directo e indirecto con lo que el orden político-social dominante, esto es el gobierno federal, los medios de comunicación masiva, los pedagogos y educadores desplegaron sobre nuestra manera de pensar.
Desde luego que todos los mencionados (y muchos más que por falta de oportunidad no podemos hablar) tienen un alto grado de responsabilidad en cuanto a las influencias y pensamientos que quieren que nos proyectemos hacia las formas y expresiones culturales propias.
¡Pero vayamos con calma! Quien le echa la culpa de nuestros actos (pues de nosotros es de quien estamos tratando) a otros es no ser responsable de nosotros mismos, he aquí el error de algunas figuras políticas que solo se dedican a ser criticones, melindrosos…
Porque criticar y reflexión sin involucrarnos de lleno, sin comprometernos, es una completa falta de autocritica, una inconsciencia tremenda de lo que significa e implica, más allá de ser mexicano, no saber ser humano.
Ser alumno ¿implica una actitud semejante a lo que nos dice la etimología? Proviene de dos vocablos a-luminos, que significa literalmente “sin luz”. Recordemos que a partir de la Ilustración, la razón será símbolo de iluminación, de sabiduría, de conocimiento.
Por lo tanto un alumno, siguiendo esta línea de pensamiento, es un individuo carente de conocimiento, de saber, que necesita allegarse de este para poder construir el significado de su presencia a una parte de su vida académica y cotidiana.
Sin embargo, dar por hecho lo anterior ¿nos hace omitir algo? No es acaso esta una muestra de una actitud pasiva, en la que el individuo es receptáculo de conocimiento, de saberes… siendo así ¿en un alumno hay movimiento, actividad intelectual?
Contrario a esto surge la posibilidad de fijarnos un destino muchas veces mencionado, (¿y cuantas veces asumido?): ser estudiante. Estudiar es fundamentalmente pensamiento activo, indagación constante, compromiso asumido ante una realidad que no le es ajena. Es cuestión de comenzar a dialogar entre nosotros: ¿Qué somos? ¿Alumnos o estudiantes? Desde luego el respeto apremia y es menester de cualquier sujeto no influir negativamente en las decisiones de los demás, sin embargo, por coherencia a nuestros ideales y principios ¿Cuál seria la opción a desarrollar?

¿QUE ES UN ESTUDIANTE? ¿QUE SIGNIFICA ESTAR, ESTUDIAR Y VIVIR POR ESTOS RUMBOS UNIVERSITARIOS? ¿QUE IMPLICA SER ARAGONÉS?

Los físicos estudian las propiedades físicas (del griego “physys”, que burdamente significa “naturaleza”) de los fenómenos que acontecen  en el mundo; los matemáticos estudian la relación abstracta de los números (en griego se conoce como “mathema”) con el mundo; los filósofos se apasionan por el saber (del griego “sofos”, que literalmente significa saber), y los pedagogos estudian la… ¿formación? ¿Pero qué sucede con la etimología y su sentido (etimológico) inicial? ¿Hay relación entre lo anterior y lo que implica ser de Aragón?
De todas las disciplinas, en la gran gama de posibilidades científicas y artísticas, el caso de Pedagogía es raro, y no deja de llamar la atención: ¿Por qué omitir (consciente o inconscientemente) las letras y el sentido previo-originario de nuestra disciplina? ¿Por qué hacer caso omiso de la pedagogía desde sus letras y punto de partida? Sin duda, el paso del tiempo ha hecho de las suyas: el significado de la palabra a como se pensaba en un principio se ha modificado, e incluso perdido en gran parte de su contenido y direccionalidad.[1]
¿Qué sucede con lo anterior? ¿Es acaso uno de esos “misterios del tercer milenio”? Además de la actitud inactiva del estudiante para poder conceptualizar nuestra disciplina, nos condiciona, por así decirlo, el dicho popular que reza así <<No hay nada nuevo bajo el sol>>: semestre a semestre pasamos de aula en aula, de maestro en maestro, de equipo en equipo (refiriéndonos tanto al trabajo en clase como a los proyectos de investigación que se generan a lo largo de nuestro trayecto académico), de “copia” en “copia”… Ferrariz apunta que la hermenéutica se allega a la condición humana para ejercer un poder interpretativo que, con plena presencia en el lenguaje y los procesos lingüísticos (como en el caso de las etimologías), nos ayuda a remitir expresiones y signos para lograr efectivamente la comprensión de estas ante la vida cotidiana.[2]
La mayoría de las ocasiones, frecuentando estudios de una disciplina de la que se supone “no sabemos qué es”, la oscilación de la identidad de los estudiantes se presenta de formas variadas[3], es decir en una actitud nómada, inmersos en un mar de creencias, de llanto, donde los suspiros a diario arrancan de nuestros pensamientos valiosos momentos en los que es menester proyectarnos[4], arrojarnos a la entrega voluntariosa por los ideales pedagógicos que nos caracterizan: la crítica, reflexión, deconstrucción, lectura de la realidad, formación, educación, cultura, etc.
Como dijera el pedagogo español de nombre José López Herrerías: Vivimos tiempos difíciles en los que hay un empobrecimiento de la vida personal y una tendencia a la burocratización y al empobrecimiento del espíritu donde priva mas la mediocridad que otra cosa y ello es un problema a la hora de desear tener imaginación [subrayado nuestro][5].
El contexto educativo y pedagógico aragonés es un autentico gatuperio: las omisiones, mitos y creencias (que irónicamente son elaboraciones mentales nuestras) nos tienen, nos aprehenden a cada rato y en da instante de nuestra estancia en nuestra facultad.
Ejemplos los hay por montón, por ejemplo, ¿Por qué excluir el pensamiento pedagógico de los pueblos originarios? ¿Por qué construir nuestro pensamiento pedagógico a partir de una sola visión del mundo? ¿Por qué, si hablamos de otredad, de su reconocimiento y de su estudio como incorporación a las cuestiones pedagógicas?
¿Acaso esto significa e implica ser estudiante de pedagogía de la Fes Aragón en la actualidad? ¿Y si no fuera así, tenemos proyectos en común, alternativas que nos permitan transformarnos a sí mismos, ser realmente una comunidad pedagógica estudiantil aragonesa?
Pedagogía literalmente significa la conducción (en su sentido más simplista) de niños. Es una conformación de dos vocablos de origen griego, (“paidos” que significa niño; y “agogos” que significa conducción) que hace referencia directa a dos ideales-practicas pedagógicas propias: la formación y la educación.
“En un principio era la conducción…” dijera el pedagogo aragonés Gerardo Meneses[6]. En su tesis de maestría, nos muestra específicamente la evolución y la génesis de nuestra disciplina, al paso del tiempo…
Sin embargo, formación, como concepto pilar de la filosofía alemana idealista de los siglos XVIII y XIX, el cual llega hasta Gadamer en Verdad y Método[7], la idea de conducción se queda reducida: pues se piensa, lo cual no es falso, que era el acto de encaminar (simplistamente) el esclavo al niño hacia la escuela; y asimismo, se niega la posibilidad de trabajar el concepto de conducción como guía y principio de autonomía del sujeto para el sujeto mismo. El pensamiento náhuatl, como signo pedagógico propio de un pasado pocas mencionada, es raíz directa del estudiante aragonés mexicano, habla:
El tlamatini[8] una luz, una tea, una gruesa tea que no ahúma. […] Suya es la tinta negra y roja[9], […] El mismo es escritura y sabiduría. Es camino, guía veraz para otros. Conduce a las personas y a las cosas, es guía en los negocios humanos.[10]
Aquí está el eslabón que buscamos: conducción, del cual parte ahora si la formación de los sujetos. No soy pedagogo indigenista, ni pretendo serlo, y para muestra, un botón: en la Paideia, donde se encuentran concentrados los ideales de la cultura de la cual precede nuestra disciplina, también encontramos una referencia similar, pero en este caso se hace objeto al psicagogo: “[los psicagogos] saben guiar los corazones por la cuerda suave del gusto por lo bello”[11] y en lo bellos (estético) se encuentran tangibles las esperanzas del ser humano como ser inacabado y tendiente siempre al fin máximo de su condición ética y ontológica: su felicidad.
Siendo así, deberíamos ¿dejar al olvido la conducción del sujeto mismo? A sabiendas que es este un punto de encuentro en común para la comunidad estudiantil.  ¿Cuál es nuestra personalidad, o como se expresaban los antiguos sabios nahuas, cual es nuestro  “rostro y corazón”?
En el rostro y el corazón (metáfora náhuatl para expresar la personalidad de un sujeto y referencia necesaria para situar su pensamiento pedagógico) encontramos una paradoja que da mucho de que pensar. Por lo que para lo siguiente recurriré una vez más a las etimologías, a las palabras originarias: puesto que son estas quienes dan un punto de partida, son una referencia obligada a nuestro accionar pedagógico.
“La acción es el camino más directo para llegar a la fuente. Quien llega ahí, quien reconoce esos espacios y bebe de esa agua, tiene una experiencia intransmisible. Por esto, la experiencia directa está muy lejos de poder ser captada, o poseída, de un modo institucionalizado o sistematizado. No puede ser propiedad de ningún grupo cultural o religioso. Está lejos de las ortodoxias y más cerca de la poesía.”[12]
Son acciones en las que se generan una multiplicidad de situaciones y coyunturas que atañen a la misma pedagogía- tiene en sus entrañas, en sus adentros, raíces de tipo etimológico, las cuales le brindan el sentido original.
Las etimologías generalmente son objeto de numerosos nombramientos: varios escritos, tesis, libros, diccionarios, las toman como punto de partida y esta investigación no será la excepción, pero a diferencia de los demás, nosotros las tendremos presentes a cada instante. Las raíces etimológicas conforman una referencia obligada para conocer el significado de alguna palabra o las palabras que forma, es decir, de la familia[13]; las raíces de los microcosmos "hacer" y "recordar", son las siguientes:
1. Hacerè tiene una doble raíz, una (la más reconocida por los diccionarios etimológicos) del latín facere la cual da origen a una enorme cantidad de vocablos faz, faceta, fetiche, factoría, fachada (o hasta el vocablo en latín  facia, da origen a la palabra rostro, cara) etc. Asimismo, la segunda raíz proviene del griego agere, y tiene casi el mismo significado. La diferencia es que esta también significa accionar y conducir[14]; lo curioso es que los vocablos generados son increíblemente conocidos y casi desconocidos por nosotros: acción, agente, actividad, etc.
2. Recordarè del latín cordis, que significa corazón[15].  Deriva vocablos tan interesantes como cordialidad, cordura (la cual resulta también irónica, pues todos ubicamos al "estar cuerdo" como tener la mente sana, por decirlo coloquialmente) concordia o discordia.
Pero aquí no acaba esta exegesis[16], esta búsqueda interpretativa, por que el estudiante no es solamente de Europa, aunque muchos pedagogos e intelectuales traten de ubicarse en el pensamiento venido de ese lugar.
La recuperación de las raíces (como en el ejemplo anterior), no solo nos da una idea de cómo ha mutado su significado e incluso su sentido a lo largo del tiempo, sino que nos posibilita a abrirnos camino en la desmificación y la construcción del pedagogo -¡y su accionar!- desde su fundamento.
Pero tampoco basta con decir que eso es todo lo que somos, y que todo era bello y color de rosa en el pasado, y por eso deberíamos regresar a nuestros antepasados, porque eso sería una obstinación tremenda y una negación terrible (e inclusive, una falta de respeto, o mejor dicho, de cordialidad hacia los que han hecho profundas y no menos interesantes aportaciones a nuestra disciplina).
En las palabras humildes de pedagogos notables encontramos pistas, rastros de lo que se puede atender desde el <<antes>> (Pasado) hasta el <<ahora>> (Presente): "escribir es un acto de preservación y cuidado, y ya que no todos tenemos una fastuosa memoria que puede aprenderlo todo, es también encargar a la memoria lo conocido y entendido"[17].  Ahora bien como estudiantes (mexicanos) poseemos una historia compartida.
Como seres históricos que desarrollan simultáneamente una conciencia histórica que corresponde, o mejor dicho que es concordante, su tiempo y su espacio, reiteramos no somos solamente de Europa puesto que también tenemos raíces en esta territorio, al que habitaron también otros seres humanos. Nos referimos a los pueblos preamericanos, los cuales también tuvieron avances y seductores pensamientos y reflexiones sobre la cuestión pedagógica que nos atañe en este ensayo.
 La filosofía de los antiguos habitantes de América –de los nahuas y los mayas se busca retomar y reconstruir más que de otros antiguos pobladores, aunque no se descarta la palabra al resto de las comunidades étnicas- conjuga un conjunto de saberes que se ven envueltos por el misterio y una profunda necesidad de escucharlos, para que no queden en el olvido y contribuyan a la construcción del recuerdo de aquellos que miraron, pensaron y sintieron el mundo y la vida, y por lo tanto a la educación, distintos al mundo europeo.
La educación de los nahuas estaba basada, muy a grandes rasgos, en formar la personalidad y el carácter de hombres y mujeres, y su pensamiento (con un considerable horizonte abstracción) se orientaba a "forjar un rostro y un corazón", esta es una referencia obligada para nuestra labor investigativa, pues esto va ser considerado como una aportación para estudiar y proponer una alternativa (re-crear) a los trabajos escritos, el eje rector de esta tesis.
El estudiante mexicano de la Fes Aragón, en razones de mestizaje, posee esa doble raíz que fundamenta su existencia: Europa y América, rostro (facere) como espacio en el hacer, y corazón (cordis) como punto de partida mismo del recuerdo. Todo se conecta hasta aquí. Ya lo dijo Vasconcelos en su obra La Raza cósmica: "aun los mestizajes mas contradictorios pueden resolverse benéficamente siempre que el factor espiritual contribuya a levantarlos."[18]
Es de reconocer, entonces sí, que en la otredad esta imbricada la posibilidad de re-construir, de re-crear la pedagogía como una aspiración concreta.  Finalmente, de nuevo argumenta el pedagogo ibérico: “la mirada del pedagogo consiste, precisamente, en el intento de conocer los complejos componentes de los aprendizajes, de las vivencias y de las conductas para proponer programas de actuación animadores y potenciadores de las expansivas peculiaridades personales”[19].
En los estudiantes, nosotros mismos, esta la posibilidad de construir un camino en común, los conflictos de nuestra carrera se resuelven en colectivo: pedagogos socio-críticos, capacitadores, hermeneutas, constructivistas, científicos de la educación, al fin y al cabo todos somos de aquí: el hecho de pensar diferente, no implica que tengamos que optar por la ruptura y la desconexión de todo aquel que me contradice o me critica.
“¿Qué somos?, sino un sujeto discursivo que re-presenta su verdad en la imagen de la comunidad, una comunidad que históricamente la política ha tratado de subordinar a la entronización del sujeto…[20]
“Como pedagogos…” es una expresión cotidiana de las aulas aragonesas y contiene un irónico significado: siendo estudiantes aun no somos pedagogos, todavía no hemos terminado la carrera, no tenemos titulo (esto es, todavía no hemos sido permitidos o “licenciados” para ejercer como tal esta labor), y peor aun, si nos preguntamos ¿Quiénes somos? ¿Qué es lo que estamos estudiando? Sin atender a una búsqueda o construcción de nosotros mismos, ¿como asumir una posición que no somos?
Ser estudiante aragonés no significa ser enemigo de un compañero de trabajo, o de clase, o de oficina, ser pedagogo (en construcción) significa saber-se conducir por el camino de la crítica y de la reflexión, pero además de la acción que se origina en decisiones y asunción de responsabilidades, el disfrute de la vida, una oportunidad de la cual todos podemos comenzar a re-construir, de la cual todos podemos ser.
No nos queda más que ser conscientes de que esto no se repita mas en nuestra cotidianeidad, que sea una oportunidad para tomar las “copias” de la clase de mañana y hacer un esfuerzo (pequeño o grande, el tamaño aquí no importa) para, ahora sí, proyectarnos hacia adelante pero no sobre los demás sobre la ya legendaria “otredad”, más bien hacia nosotros mismos, hacia la comunidad pedagógica aragonesa: un lugar donde cabemos todos los que nos entregamos a esta práctica apasionantemente compleja, a saber-ser pedagogos[21], a este viable proyecto de vida y amor que se hace llamar Pedagogía.


BIBLIOGRAFÍA

ARDITI, Benjamín. (1999). El reverso de la diferencia. Nueva sociedad. Colombia.
 BOCAFLOJA. (2008). ImaRginación: la poética del Hip Hop como desmesura de lo político. Bajo tierra ediciones. México.

COMENIO, Juan Amos. (2008). Didáctica Magna. Porrúa. México.

FERRARIZ, Mauricio. (1999). Historia de la Hermenéutica. Siglo XXI. México

GADAMER, H. G. (2000). Verdad y método. Sígueme. España.

LEÓN-PORTILLA, Miguel. (1973). El pensamiento prehispánico. En Estudios de historia de la filosofía en México. UNAM.

LÓPEZ Herrerías, José Ángel y VALERO Iglesias, Luis Fernando. (1995). Como hacer proyectos pedagógicos participativos. Angle. España.
MENESES, Gerardo. (2002). Formación y teoría pedagógica. Tesis para obtener el grado de maestría en la carrera de pedagogía de la Fes Aragón.
México.

PÉREZ GARCÉS, Arnulfo. (2001). Lenguaje, individuo y democracia en el pensamiento de Richard Rorty. UAEM, México

RULFO, Pablo, et. al. (2002). Regina. Y el movimiento del 68. Edaf. España.

VASCONCELOS, José. (1957). La raza cósmica. Editorial Espasa-Calpe Mexicana.




[1] PÉREZ GARCÉS, Arnulfo. (2001). Lenguaje, individuo y democracia en el pensamiento de Richard Rorty. UAEM, México, Pág. 41.
[2] FERRARIZ, Mauricio.(1999). Historia de la Hermenéutica. Siglo XXI. México  Pág. 24
[3] ARDITI, Benjamín. (1999). El reverso de la diferencia. Nueva Sociedad. Colombia. p. 102
[4] Básicamente se articula este ensayo a partir del pensamiento pedagógico de José López Herrerías y su metodología denominada “proyección pedagógica participativa”, en las posibilidades de saber-ser pedagogo.
[5] LÓPEZ Herrerías, José Ángel y VALERO Iglesias, Luis Fernando. (1995). Como hacer proyectos pedagógicos participativos. Angle. España. p. 7
[6] MENESES, Gerardo. (2002). Formación y teoría pedagógica. Tesis para obtener el grado de maestría en la carrera de pedagogía de la Fes Aragón.
[7] GADAMER, H. G. (2000). Verdad y método. Sígueme. España. p. 30
[8] Antigua concepción náhuatl del sabio o filósofo, el “que sabía algo”.
[9] La “tinta negra y roja” es una representación simbólica del saber, de la palabra, del verbo.
[10] LEÓN-PORTILLA, Miguel. (1973). El pensamiento prehispánico. En Estudios de historia de la filosofía en México. UNAM. p. 42
[11] Ídem. P. 892
[12] RULFO, Pablo, et. al. (2002). Regina. Y el movimiento del 68. Edaf. España. p. 55
[13] Aunque en no pocas ocasiones sucede lo contrario, ¡pero, bueno! Esto entra en el  meollo de los lingüistas y estudiosos en letras clásicas, lo nuestro va por otro lado.
[14] He aquí la relación estrecha entre el "hacer" con la pedagogía, puesto que la segunda (Paidos= niño y agogos = conducción) también es conducir, desde el sentido etimológico. 
[15] Es extraño, ¿no lo creen? Que una actividad que se relaciona directamente con los procesos psicológicos de la memoria, en realidad tenga su origen en otra "parte" del cuerpo humano. Recordemos, que el corazón es objeto de muchos significados en toda la historia del hombre, en especial del mexicano (el 14 de febrero no es la excepción, por mencionar un ejemplo).
[16] Del griego ex - égesis,  que significa extraer, sacar afuera; básicamente significa una búsqueda y construcción del sentido de una palabra o texto.
[17] COMENIO, Juan Amos. (2008). Didáctica Magna. Porrúa. México. p. 83
[18] VASCONCELOS, José. (1957). La raza cósmica. Espasa-Calpe Mexicana. México. p. 13
[19] LÓPEZ Herrerías. Op. Cit. p. 5
[20] Prologo de VILLEGAS, Fabián “ImaRginacion, el pensar como subversión del saber”, en BOCAFLOJA. (2008). ImaRginación: la poética del Hip Hop como desmesura de lo político. Bajo tierra ediciones. México. 2008. P. 10
[21] LÓPEZ Herrerías. Op. cit. p. 97